Qué personajes históricos asociaron su historia con el café

El café, esa bebida que impulsa mañanas y enciende conversaciones, tiene un origen fascinante envuelto en leyendas y hechos históricos. Aunque su historia precisa es difícil de rastrear, se sabe que su consumo se originó en Etiopía y que su expansión por el mundo estuvo ligada a figuras influyentes y momentos cruciales en la historia de la humanidad. Desentrañar estos orígenes es adentrarse en un viaje a través de culturas, comercios y transformaciones sociales.
El café no sólo es una bebida, sino un tejido conectivo que ha unido a personas y sociedades por siglos. Su trayecto desde las montañas de Etiopía hasta convertirse en un producto globalizado está repleto de anécdotas y personajes que contribuyeron a su popularidad. Descubriremos cómo su consumo fue adoptado y promovido por intelectuales, reyes y comerciantes, dando forma a la cultura del café que conocemos hoy.
Kaldi y la Danza de las Cabras
La historia más popular y repetida sobre el descubrimiento del café gira en torno a Kaldi, un pastor de cabras etíope que vivió alrededor del siglo IX. Según la tradición, Kaldi observó que sus cabras se volvían inusualmente enérgicas y alegres después de comer las bayas rojas de un arbusto desconocido. Intrigado por este comportamiento, probó las bayas él mismo y experimentó una sensación similar de vitalidad.
Kaldi compartió su descubrimiento con un monje local, quien inicialmente desaprobó su consumo, considerándolo una tentación diabólica. El monje, sin embargo, decidió experimentar con las bayas, tostandolas y preparando una bebida con ellas para mantenerse despierto durante las largas horas de oración. Este experimento inicial marcó el inicio del uso del café en los monasterios etíopes.
Aunque la veracidad exacta de la historia de Kaldi es debatible, la leyenda sirve como un recordatorio simbólico de la conexión entre el café y sus orígenes en las tierras altas de Etiopía. La imagen de las cabras “bailando” después de comer las bayas se ha convertido en un icono de la mitología relacionada con el café.
El Sufismo y la Expansión en Yemen
Desde Etiopía, el café se extendió a Yemen en el siglo XV, donde fue adoptado por los sufíes, una rama mística del Islam. Los sufíes utilizaban el café para mantenerse despiertos durante sus rituales de meditación y oración nocturna, considerándolo una herramienta para la conexión espiritual. Rápidamente, se convirtió en una parte integral de la vida religiosa y cultural yemení.
En la ciudad de Moca, Yemen, se estableció el primer puerto comercial de café, convirtiéndose en un centro neurálgico para su exportación. Los yemeníes guardaban celosamente el secreto de la producción de café, hirviendo los granos antes de venderlos para evitar que se pudieran cultivar en otros lugares. Este monopolio comercial permitió a Yemen prosperar durante siglos.
El café yemení se conocía como “qahwa”, que originalmente significaba “vino”, lo que indica la importancia de la bebida en la cultura yemení. Las casas de café, o “qahveh khaneh”, comenzaron a surgir como lugares de encuentro social y de intercambio de ideas.
El Café Llega a La Meca y Estambul
La creciente popularidad del café en Yemen no pasó desapercibida en las ciudades santas de La Meca y Medina. A pesar de las iniciales preocupaciones religiosas respecto a sus efectos estimulantes, las casas de café rápidamente se establecieron como lugares de confluencia para intelectuales, artistas y viajeros. Sin embargo, su popularidad también generó conflictos, ya que algunos líderes religiosos intentaron prohibirlo por considerarlo una distracción de las prácticas religiosas.
En el siglo XVI, el café llegó a Estambul, la capital del Imperio Otomano, a través de comerciantes yemeníes. La bebida fue rápidamente aceptada por la élite otomana, incluyendo el sultán Solimán el Magnífico y sus cortesanos. Se construyeron lujosas casas de café, las “kahvehane”, que se convirtieron en centros de convivencia social y política.
El café otomano se preparaba de manera similar a la que se conoce hoy en día en el Medio Oriente: grano finamente molido hervido en una cezve, un pequeño cazo de cobre. La preparación y el ritual de servir el café se convirtieron en una forma de hospitalidad y un símbolo de estatus.
El Café en Europa: Intelectuales y Controversias

El café llegó a Europa en el siglo XVII a través de los comerciantes venecianos y fue inicialmente recibido con escepticismo. Algunos lo consideraban una "bebida amarga de Arabia" y otros temían su supuestos efectos perjudiciales para la salud. Sin embargo, la curiosidad superó los temores, y pronto las casas de café comenzaron a abrir sus puertas en las principales ciudades europeas.
Venecia fue la primera ciudad europea en popularizar el café, y las casas de café se convirtieron en centros de actividad social y comercial. Poco después, el café se extendió a Inglaterra, Francia y otros países de Europa, donde las casas de café se convirtieron en lugares de encuentro para intelectuales, artistas y políticos.
En Inglaterra, las casas de café eran conocidas como "penny universities", ya que por el precio de una penny, se podía entrar y participar en debates y discusiones sobre una amplia gama de temas. Eran lugares cruciales en la formación de la opinión pública y el desarrollo del pensamiento moderno.
El Café y la Ilustración: Una Bebida para la Razón
Durante el siglo XVIII, el café se convirtió en un símbolo de la Ilustración, el movimiento intelectual que promovía la razón, la ciencia y la libertad de pensamiento. Los intelectuales y filósofos se reunían en las casas de café para debatir ideas, escribir obras y planificar revoluciones. La bebida se asociaba con la claridad mental y la estimulación intelectual.
Figuras clave de la Ilustración, como Voltaire, Diderot y Rousseau, eran asiduos a las casas de café parisinas, donde intercambiaban ideas y criticaban el poder establecido. El café se convirtió en una herramienta para la disidencia intelectual y el progreso social. Se decía que el café "despertó" la mente y fomentó el debate racional.
La influencia del café en la Ilustración se ve reflejada en la proliferación de casas de café en las principales ciudades europeas durante este período, y en el papel crucial que desempeñaron en la difusión de ideas progresistas.
En resumen
El café, desde sus humildes orígenes como una baya descubierta por un pastor etíope, ha recorrido un largo camino para convertirse en una de las bebidas más consumidas en el mundo. Su historia está entrelazada con la de personajes fascinantes, desde los sufíes yemeníes hasta los intelectuales de la Ilustración, cada uno de los cuales contribuyó a su legado. El café no solo ha transformado la economía y la cultura de muchas regiones, sino que también ha influenciado la forma en que pensamos, trabajamos e interactuamos.
La narrativa del café es una historia de descubrimiento, innovación y globalización. Desde sus raíces en Etiopía y Yemen hasta su adopción y difusión por toda Europa y América, el café ha demostrado ser una bebida versátil y adaptable que ha resistido el paso del tiempo. Su continua popularidad en el siglo XXI es un testimonio de su impacto duradero en la historia y la cultura humana.
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