Qué poetas españoles del siglo XVII mencionan el café en sus versos

La corte española del siglo XVII era elegante

El café, una bebida de origen etíope que conquistó el mundo, tardó en consolidarse en la península ibérica, pero una vez que lo hizo, se integró rápidamente en las costumbres sociales y, por supuesto, en la expresión artística. Su introducción en Europa a mediados del siglo XVII coincidiendo con el apogeo del Barroco español, el período de la Generación del ’27, brindó un escenario perfecto para observar cómo se percibía esta nueva costumbre y cómo se reflejaba en la literatura y las artes visuales. Aunque no es tan omnipresente como el vino o el agua, el café empieza a dejar su huella en la cultura española de la época.

Este artículo explora la presencia del café en la literatura y el arte españoles del siglo XVII, centrándose particularmente en cómo los poetas de la época lo mencionan en sus versos. Analizaremos el contexto histórico en el que el café llega a España, cómo se consume y qué connotaciones simbólicas adquiere, revelando cómo los artistas del Barroco incorporaron esta exótica bebida en sus obras y cómo contribuyó a la formación de una nueva sensibilidad. Se abordarán también las representaciones artísticas del café en la pintura.

Contenido

El Café: Una Bebida Exótica y Sus Primeros Pasos en España

La llegada del café a Europa en el siglo XVII fue un evento marcado por la curiosidad y el misterio. Inicialmente considerado un remedio medicinal y una bebida exótica importada de Oriente, pronto se convirtió en un símbolo de estatus y sofisticación. El café no fue introducido directamente desde Etiopía, sino a través de las rutas comerciales venecianas y otomanas, llegando a España a través de puertos como Sevilla y Cádiz, importantes centros de comercio con las Américas.

Su consumo inicial se limitó a las élites sociales y a los círculos intelectuales, quienes veían en él una alternativa al vino y una fuente de estimulación mental. Las primeras cafeterías españolas, modestas y discretas, comenzaron a surgir en las grandes ciudades, convirtiéndose en lugares de encuentro para escritores, artistas y pensadores, donde se discutían ideas políticas, filosóficas y literarias, a menudo impregnadas del aroma del café recién hecho.

La recepción del café en España no estuvo exenta de controversias. Algunos sectores más conservadores de la sociedad lo percibían como una bebida “maometana” y lo asociaban con prácticas consideradas impías, aunque con el tiempo, la popularidad del café superó estas objeciones iniciales, consolidándose como una parte esencial de la vida social y cultural española.

La Literatura del Siglo XVII: Un Reflejo de la Sociedad Caféinada

Aunque la mención explícita del café en la poesía española del siglo XVII no es tan común como en otras épocas literarias, su influencia sutil se puede detectar a través de referencias indirectas a la vigilia, la conversación animada y la inspiración intelectual, efectos comúnmente atribuidos al consumo de café. Los poetas del Barroco, maestros de la metáfora y el simbolismo, a menudo utilizaban imágenes y alusiones para evocar el ambiente de las nuevas tertulias en las que el café comenzaba a ser protagonista.

Poetas como Francisco de Quevedo, conocido por su ingenio y su aguda observación de la sociedad, podrían haber aludido a la bebida en sus versos, aunque de manera velada. Su estilo satírico y su crítica social a menudo se centraban en las nuevas costumbres y modas de la época, lo que podría haberle llevado a comentar, aunque sea indirectamente, la creciente popularidad de esta bebida oriental.

La poesía mística, con autores como San Juan de la Cruz, se caracteriza por la búsqueda de éxtasis y la unión con lo divino, a menudo a través de la privación sensorial. A pesar de que el café no aparece directamente en sus versos, el culto a la vigilia y el anhelo de una experiencia trascendental pueden relacionarse con la estimulación que produce esta bebida, aunque sea de forma especulativa.

El Café en la Pintura Barroca Española: Bodegones y Escenas Costumbristas

Un bodegón barroco evocador y oscuro

En las artes visuales, el café comenzó a aparecer en la pintura barroca española, principalmente en bodegones y escenas costumbristas que reflejaban la vida cotidiana de la época. Las representaciones del café eran frecuentemente simbólicas, asociándose con el lujo, la sofisticación y la modernidad. Los objetos que acompañaban al café, como tazas de porcelana, azucareros y bandejas de plata, eran elementos clave en estas representaciones.

Los pintores españoles del siglo XVII, aunque no se centraron exclusivamente en el café como tema principal, lo incorporaron en sus obras como un elemento más de la escenografía, enriqueciendo la narrativa visual y añadiendo detalles que reflejaban la vida social y cultural de la época. Estas representaciones, aunque sutiles, nos permiten reconstruir cómo se percibía y se consumía el café en la España del Barroco.

La presencia del café en la pintura también puede interpretarse como un reflejo de la creciente influencia de la cultura oriental en el arte español. Los pintores se inspiraron en las nuevas formas y motivos que llegaban de Oriente, incorporándolos en sus obras y creando una estética híbrida que combinaba elementos tradicionales españoles con influencias extranjeras.

El Simbolismo del Café: Vigilia, Conversación e Inspiración

Más allá de su mera representación física, el café adquirió un rico simbolismo en la literatura y el arte del siglo XVII. Se asociaba con la vigilia, la lucidez mental y la capacidad de permanecer despierto durante la noche, cualidades muy valoradas por los intelectuales y los artistas de la época. El café se convirtió en un aliado para la creación artística y la reflexión filosófica.

La atmósfera de las cafeterías, lugares de encuentro y debate, también se reflejó en la literatura y el arte. El café se asociaba con la conversación animada, el intercambio de ideas y la formación de una opinión pública cada vez más consciente. Las tertulias en las cafeterías se convirtieron en escenarios donde se discutían temas políticos, filosóficos y literarios, contribuyendo a la difusión del conocimiento y a la formación de nuevas ideas.

El café en el siglo XVII simbolizaba la modernidad, el acceso a nuevas culturas y la estimulación intelectual, un potente catalizador para la innovación en una época de grandes cambios sociales y culturales.

En resumen

En definitiva, aunque la presencia del café en la literatura y el arte del siglo XVII español no sea tan evidente como en otras épocas o culturas, su influencia sutil pero significativa se manifiesta a través de referencias indirectas, simbolismos y representaciones visuales. El café, como bebida exótica y símbolo de modernidad, se integró gradualmente en la vida social y cultural de la época, dejando su huella en la creación artística y contribuyendo a la formación de una nueva sensibilidad.

Analizar la presencia del café en el contexto del Barroco español nos permite comprender mejor cómo se percibían y se incorporaban las nuevas costumbres y modas en una sociedad en constante transformación. Los poetas y pintores del siglo XVII, a través de sus obras, nos ofrecen una ventana a un mundo en el que el aroma del café comenzaba a mezclarse con el de la tinta y el óleo, enriqueciendo el panorama cultural de la España de la época.

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